lunes, 26 de marzo de 2007

Cómo Aprende el Cerebro

Las nuevas tecnologías no invasivas nos permiten vivir una época apasionante para la neurociencia. Una ciencia nueva que pretende estudiar la base neuronal y fisiológica de nuestros pensamientos, emociones y acciones. Parte de estos importantes hallazgos, como la regeneración de neuronas, lo presentan Sarah-Jayne y Uta Frith en su libro "Cómo Aprende el Cerebro. Las claves para la educación".

Las autoras demuestran, sobre la base de un nutrido y diverso número de las más recientes investigaciones acerca del cerebro, como estos nuevos conocimientos podrían influir en las concepciones que predominan acerca de la enseñanza, en las políticas y en las prácticas, así como para superar algunas creencias falsas acerca del cerebro, las cuales han circulado por el ámbito educativo. El libro aborda secuencialmente el desarrollo y reorganización del cerebro durante los momentos principales de la vida.

Los dos primeros capítulos tratan de manera sugerente las nuevas verdades que han desvelado las neurociencias acerca de cómo funciona el cerebro: cómo utilizamos gran parte del cerebro, en la vida diaria, durante la mayor parte del tiempo; cómo también el cerebro adulto es plástico y cómo demuestra la investigación neuronal que no existe límite de edad para el aprendizaje. Detallan los cambios espectaculares que se viven en los tres primeros años de vida, así como la importancia de la estimulación adecuada para el desarrollo de la corteza cerebral, y cómo, un entorno relacionalmente empobrecido, podría tener consecuencias duraderas de retraso o deterioro del aprendizaje, desarrollo cognitivo, emocional y social; cómo el entorno normal es suficiente para el progreso de la mente, superando el prejuicio de la necesidad de entornos hiperestimulantes.

Los siguientes cinco capítulos fundamentan neurológicamente las funciones integradas de los dos hemisferios. En palabras de las autoras “es puramente metafórico denominar a estos modos de pensar de cerebro derecho o de cerebro izquierdo (…) esta clasificación podría suponer incluso un impedimento para el aprendizaje.” (pág. 96) Desde temprana edad esa interacción incide en el aprendizaje. Replantea los criterios habituales sobre el aprendizaje de la lengua materna, el de una segunda lengua o el de otros idiomas, la edad más apropiada para aprender a leer, dedican todo un capítulo al aprendizaje de las matemáticas, otro algunos de los trastornos del desarrollo socioemocional -gran desafío para la educación-, el caso ejemplar el autismo, el síndrome de Asperger, los trastornos de hiperactividad por déficit de atención, el trastorno de empatía y el de la sensibilidad social.

Especial mención requiere el capítulo ocho dedicado a describir los cambios corporales y los cambios cerebrales del adolescente, las destrezas cognitivas propias de la pubertad y la adolescencia, período propio de la educación secundaria.

Los últimos tres capítulos están dedicados al aprendizaje a lo largo de la vida, la evolución de la memoria y la de las diferentes formas de aprendizaje.
En opinión de las autoras existe escasa literatura sobre las conexiones de las ciencias del cerebro y la educación, aun cuando consta por la investigación que los procesos educativos mejoran las condiciones funcionales de nuestro cerebro. La calidad de la educación cumple funciones participativas en lo social y terapéuticas en lo neuronal.

BLAKEMORE, S.J.-FRITH, U. (2007) Cómo Aprende el Cerebro. Las claves para la educación. Editorial Ariel S.A., Barcelona, 301pp.


Mario Vásquez Astudillo
mario.vasquez@usal.es

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Mario

Como te comenté antes, muy bueno el blog. Eso si, esperaba que continuaras con él. ¿Qué pasó?

Saludos
Maria del Carmen

Anónimo dijo...

Mario
A mi me gustó tu blog, tanto lo contenido escrito como las imágenes reflejan el cuidado que buscaste en hacer esto. Nosotros que trabajamos con la enseñanza tenemos y debemos tener claro los avances de la neurociencia, que no son pocos. Avances que nos llevan ha hacer modificaciones en nuestros modos de actuar enfrente de nuestros alumnos. Ahora ya si habla en “Milenio de la Mente”, lo cual estudios corroboran que nuestro cerebro debe siempre estar siendo alimentado. Entonces, vamos alimentar nuestro cerebro, para no quedarnos como tontos adelante tantas transformaciones.
Besos